¿Por qué la mayoría de los directores ejecutivos y ejecutivos son excesivamente y artificialmente alegres, positivos y autocríticos?

En una era donde se busca la “perfección”, en este momento valoramos las “habilidades blandas” en el trabajo. El problema es que no es cómo los líderes han alcanzado su posición en los últimos 10 a 20 años, ni tampoco cómo se les enseñó a tener éxito. Nuestras instituciones académicas enseñan habilidades, competencia y superioridad, y nuestras instituciones corporativas han recompensado ese comportamiento hasta hace poco, cuando la innovación, la colaboración y la EQ se convirtieron en el nuevo negro.

Se presenta como poco sincero, que es el único aspecto crítico en el que deben enfocarse.