Altera tu perspectiva. Designe a estas personas como “defensores del diablo” oficiales y pídales comentarios negativos. Después de un tiempo, moderan sus acciones y se centran en los objetivos del grupo. Aún encuentran fallas y satisfacen su necesidad de comentar, pero la negatividad se canaliza en una dirección positiva.
Y, si son abiertamente perjudiciales para la cultura de la empresa, aconséjelos tres veces, documente el asesoramiento y haga que firmen las notas de la sesión, y luego despídalos.
A veces estas personas son muy valiosas para la empresa, no solo por sus preocupaciones legítimas, sino por enfocar al resto del grupo en contra de su negatividad.
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