Durante mucho tiempo se ha creído que diferentes combinaciones de notas (escalas o acordes) tienen un efecto diferente en la mente humana, tanto si hablas de la mente como espíritus diferentes o como una entidad. Sabemos que los antiguos griegos tenían diferentes modos que se creía que afectaban la mente de diferentes maneras, por lo que algunos modos no se jugaban en algunas regiones. No es improbable que existiera un sistema y una creencia similares en las antiguas culturas judía o romana. Incluso durante el período barroco, hubo la doctrina de los afectos.
Hoy en día, la opinión común es que la cultura y la experiencia previa es lo que decide cómo te hacen sentir ciertas piezas de música, ya que los mismos sonidos o música pueden afectar a diferentes personas de maneras completamente diferentes.