Si se me permite comenzar 3/4 del camino a través de la respuesta, sería útil 🙂
Solo comencemos con la perspectiva de que todos los humanos están, de hecho, profundamente conectados. Preferiría evitar demostrarlo porque es un tema involucrado que podría inflar mi respuesta a 300 páginas o algo así.
Pero si solo podemos conceder eso, entonces la pregunta puede ser “invertida” para verla desde una perspectiva diferente: “¿por qué las personas no se sienten profundamente conectadas a nivel personal?” Si, de hecho, están conectados, ¿por qué no lo saben de una manera íntima e inmediata? ¿Por qué parece que no es verdad, por lo que muchos de nosotros sentimos la necesidad de rectificar eso como un problema? Muchas personas están tratando de encontrar una manera de conectarse, como si creyeran que todavía no están conectados. ¿Claro?
Mi respuesta a eso es que, debido a nuestra psicología y al modo en que nos entendemos a nosotros mismos y al mundo, caemos en una especie de “falacia de conocimiento” muy persistente y común: nuestras mentes forman sus ideas sobre la realidad al dividirla en fragmentos. cognitivamente, y luego tratar de reensamblar esos fragmentos en un modelo que pueda entender.
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En este proceso, hay una pérdida natural y universal: lo que perdemos es la sensación de totalidad o unidad que subyace a toda la realidad. En el curso de la fragmentación para que podamos entenderlo, dejamos de verlo como un todo. Dejamos de vernos a nosotros mismos como conectados.
Entonces, la mente toma algunos de esos fragmentos y reúne un concepto de “yo mismo”, y la evolución se activa: el cerebro de reptil comienza a tratar de proteger a este yo conceptual del daño, y la mayoría de sus métodos profundizan aún más la sensación de separación. . Resultado neto: las personas se experimentan a sí mismas como un objeto separado, yuxtapuestas contra un mundo “externo” que es potencialmente amenazador. Entre las mayores amenazas en ese mundo se encuentran otras personas, que también han hecho lo mismo: formaron un yo separado y lo defendieron con cerebros de reptiles.
En esa sopa, puede parecer un desafío enorme reconectarse. La solución real, sin embargo, es no ser “bueno en la conexión”, es deshacer el enredo que produjo la ilusión de desconexión. Entonces, no hay conexión que hacer, no es necesario pavimentar una calle que ya está pavimentada.