Mientras que los modelos nuero-lingüísticos y de ‘programación’ de la cognición humana ayudan a apreciar el poder del lenguaje en un ‘nivel’, se deben hacer distinciones cuando preguntamos, genéricamente, ‘cómo nos afectan las palabras’. El significado de las palabras, parcialmente determinado por el contexto, la relación con quien las pronuncia, etc., todas calificarían y determinarían cómo y por qué una determinada expresión lingüística nos afecta de la manera y en la medida en que lo hace.
Seguramente las palabras “te amo” pronunciadas durante el amor afectan al amante de manera muy diferente a la palabra “fuego” que le gritaban a la misma persona sentada en un cine una hora antes.
El lenguaje no solo trae asociaciones sino que transmite conocimiento de la situación; ya sea de peligro; de aprendizaje que se ofrece en un aula; de instrucciones sobre cómo llevar a cabo un procedimiento quirúrgico por un cirujano experimentado; En deseo del destinatario en un íntimo momento de amor. El significado de la situación y el significado de la persona, así como la memoria y las asociaciones pasadas, determinan que el enunciado influya en mi persona a quien se lo ha dicho.