Cuando era pequeño, mis padres me dijeron que yo era especial y única.
Cuando fui a la escuela, mis maestros me dijeron que era inteligente.
Cuando practicaba deportes, mis entrenadores me dijeron que era un buen atleta.
Cuando crecí, me di cuenta de que los padres de todos les dijeron que eran especiales.
- ¿Por qué somos tan agresivos con las personas que creemos que son estúpidos?
- ¿Qué hace que una persona sea hindú, cristiana o musulmana?
- Si, sin saberlo, he establecido una rutina que involucra algo que debería disgustarme como un ser humano tanto biológica como psicológicamente, pero me he acostumbrado al punto en el que me he vuelto inmutable y parece que no puedo romper el hábito. ¿Podría haber algo desordenado con mi cerebro?
- ¿Que pasa conmigo? ¿Por qué no funciona normalmente?
- ¿Qué me hace alejarme de las personas?
Los maestros alentaron e inspiraron a todos los estudiantes al decirles que sobresalieron de una manera u otra.
Y al final de una temporada deportiva, el entrenador les diría a todos que hicieron un gran trabajo y que todos recibieron un trofeo.
A medida que envejeces, comienzas a darte cuenta de lo poco que eres en el esquema de las cosas.
Puede ser inteligente en comparación con su familia, pero ¿qué hay en comparación con sus compañeros de clase, con sus profesores universitarios, con el resto del mundo?
Puede ser atlético en comparación con sus amigos, pero ¿qué pasa con los atletas universitarios, los atletas profesionales o los atletas olímpicos?
Ahora, digo esto no para desanimarte, sino simplemente para apartar la fachada que tan a menudo manipula nuestra visión del mundo.
Tendemos a situarnos tan alto en la jerarquía de los seres humanos.
Todos piensan en secreto para sí mismos que son mejores que los demás, o que merecen más que el siguiente.
Sin embargo, es correcto ser humillado ante la presencia de seres mayores. Debemos entender lo poco que somos en toda la humanidad.
Algunos de los más grandes seres humanos de todos los tiempos se han perdido en la historia.
¿Quiénes somos nosotros para ser recordados?
Sin embargo, no dejes que esto te desanime. Todos tenemos algo de valor que ofrecer al mundo que nos rodea. Es nuestro deber perfeccionar nuestras habilidades individuales para convertirnos en el mejor ser humano posible. Hay honor en el crecimiento personal.
Enfócate en ti, en lugar de los demás.
Siempre habrá alguien mejor que tú. Siempre habrá alguien que pueda vencerte.
Por lo tanto, tu única competencia real eres tú mismo.
Comprender y apreciar la grandeza de otros humanos.
Pero nunca dejes de mejorarte a ti mismo.