Satisfacer a las personas es uno de los criterios principales que definen la dependencia conjunta. Los niños de hogares alcohólicos, por ejemplo, aprenden que una de las reglas es tratar de mediar problemas, independientemente de la fuente. También aprenden que atender a otros mantiene la paz y hace que la vida sea más tolerable.
Complacer a los demás con el fin de calmar los sentimientos de ansiedad sobre el lugar de uno en el mundo puede ser patológico cuando las necesidades de los demás tienen prioridad sobre las propias necesidades. Esto puede llevar a un comportamiento agresivo pasivo, ya que el complaciente tiene sentimientos inconscientes de ira sobre la condición.