¿No parece que la forma más fácil de cambiar la cultura es agregar incentivos financieros?

Como dice el dicho, el dinero no es todopoderoso, pero sin él difícilmente podríamos vivir. En la globalización económica actual, por grande que sea la brecha cultural entre dos países, siempre que se pueda resolver con dinero, de una manera más amplia, financiar el problema cultural ya no es un problema.