Una respuesta rápida (que aún sería cierta) es que diferentes opioides endógenos tienen diferentes propósitos.
El cuerpo humano es una entidad extremadamente compleja. Los opioides endógenos (cada uno a su manera única) son solo una parte de los sistemas que inician, coordinan y median las comunicaciones electroquímicas que resultan en la reacción de nuestro cuerpo a los estímulos, tanto internos como externos.