- Entiendo que este comportamiento no es mi culpa. Esta persona podría optar por resolver el problema de manera directa, pero en su lugar está optando por tonterías infantiles.
- Acepto que no tengo poder sobre esta persona. No puedo hacer que elijan un comportamiento diferente.
- No me enfoco en lo que pudo haber provocado el comportamiento de esta persona. De nuevo, no puedo hacerles explicar; Sin una explicación, no puedo ayudar. Tal vez fui grosero o desconsiderado. Si y cuando me lo explican, puedo disculparme por eso. Pero no busco frenéticamente en mi mente la respuesta. No puedo encontrarlo.
- Le doy espacio a la persona siempre y cuando se comporten de esta manera. No me molesto en tratar de interactuar con ellos. Si se me pregunta, explicaré por qué: estoy esperando a que estén listos para discutir lo que está sucediendo.
- Permanezco tranquilo y sigo con mi vida.
La agresión pasiva tiene tanto poder sobre ti como permites que tenga.