Jurar no es una forma elegante de comunicarse. Las personas que usan palabras maliciosas con frecuencia en las conversaciones de todos los días se muestran poco confiables, sin educación, malintencionadas y juveniles.
Hay momentos y lugares para maldecir, pero generalmente implican dolor intenso, frustración abrumadora o ira intensa. Una maldición bien colocada en el momento adecuado puede ayudar a aliviar el estrés y aligerar una situación tensa.
La mejor razón para no maldecir a los niños es que la maldición puede convertirse en un hábito difícil de romper si se hace con frecuencia. Mi hijo se acostumbraba a maldecir con más frecuencia de lo que me gustaría y tiende a desaparecer de mí a veces si viene a visitarme por unas horas.
La mejor manera de enseñar a los niños a no insertar palabras malditas en sus patrones regulares de habla es no hacerlo ellos mismos.
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Cuando crecía, mi padre se enojaba furioso y maldecía como un marinero. Desafortunadamente, heredé ese rasgo. Si me enojo mucho, puedo maldecir como si tuviera un doctorado en maldición. Prefiero no maldecir, si es que puedo evitarlo. Una o dos veces he dicho accidentalmente una leve palabra de júbilo frente a otros padres, y es incómodo.
Como amante de la lengua inglesa y sus excentricidades, este es un video bastante divertido sobre la palabra.
Origen de la Palabra “FUCK”
Mi hija, por otro lado, tiene casi 17 años y muy rara vez dice palabras malas, incluso las leves. Todavía se ríe cuando oye a veces maldiciones.