Sí, no todos ellos son completamente malvados. Recuerdo que en la escuela secundaria, un gran alumno de octavo grado me golpeó. Un niño que solía acosarme me ayudó a levantarse del piso y me acompañó a la oficina del director e informó del incidente.
Sin embargo, en mi segundo año de escuela secundaria me encontré con un sociópata manipulador.