¿Cómo puede detenerse el radicalismo religioso no necesariamente en un sentido global sino en actos en los que todos pueden participar?

Podemos recordarnos de manera consistente y compasiva a nosotros mismos ya los demás, que cualquiera sea la realidad que experimentemos, es poco más que una narrativa de ficción.

Los seres humanos no pueden evitar crear historias. Todo nuestro sentido del yo se basa en una historia, creada espontáneamente por nuestra propia psique.

Las religiones son historias extraordinariamente poderosas, pero no obstante, son solo ficción.

Contar historias sobre nosotros mismos, es principalmente lo que hacemos como seres humanos. También creamos herramientas, pero las herramientas solo se utilizarán de acuerdo a donde las vemos avanzando en ciertas narrativas que consideramos significativas.

Además, no tenemos una manera viable de acceder a la realidad objetiva fuera de las diversas ficciones que conforman la experiencia humana. Esta es nuestra condición.

Sin una narración del yo, cómo llegamos a ser y cuál es nuestro propósito, perdemos la cabeza.

Esta es la conversación que debe tener con cualquier persona que haya sido demasiado seducida por alguna narrativa, religiosa u otra.

Todos en todas partes pueden promover la libertad religiosa, la separación de la iglesia y el estado, la educación secular para todos, la igualdad de género y los derechos reproductivos de las mujeres. Pueden promover y utilizar el pensamiento crítico y el escepticismo científico en todos los demás ámbitos de la vida.

Hay razones por las que casi todos los fundamentalistas religiosos, especialmente los fundamentalistas radicales, están en contra de estas cosas: saben que esta es su principal oposición.

Derrotas ideas con mejores ideas.

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