Si la sociedad nos dice que seamos nosotros mismos, ¿por qué las personas se inspiran en la vida por las cosas que otras personas hacen?

Esa es una pregunta interesante, e inicialmente estuve de acuerdo en que parece exponer una inconsistencia en lo que la sociedad espera de nosotros. Un poco más de reflexión, sin embargo, me llevó al punto de vista de que ambos modelos son normales para diferentes etapas de crecimiento.

De niños pasamos de diez a veinte años aprendiendo con el ejemplo. Somos recipientes relativamente vacíos y buscamos modelos a seguir y héroes para ayudarnos a dar forma a nuestras personalidades recién formadas. Siento en mí mismo que esta mentalidad de una vez no se ha desvanecido por completo, que todavía estoy buscando, al menos en parte, nuevos héroes.

Sin embargo, llega una edad en que las hormonas o la economía o la muerte o incluso la buena crianza nos empujan hacia la puerta. La sociedad rápidamente interviene con la presión de ser nosotros mismos, de esforzarnos por hacer nuestra propia contribución, permanecer independientes y ocupar nuestro lugar en la próxima generación.

No es realmente misterioso, solo la misma vieja condición humana.