Una persona educada es alguien que tiene una inclinación natural a preocuparse por los demás seres humanos. Está interesado en el bienestar de los demás y querría lo mejor tanto para ellos como para sí mismo.
Una persona educada es alguien que entiende la importancia de escuchar a la gente de una manera real porque está interesada en ellos y en sus vidas. Los escuchan en lugar de gritar siempre lo más fuerte para ser escuchados ellos mismos.
Una persona educada sabe cómo divertirse pero nunca a expensas de los demás y tampoco se toma a sí misma demasiado en serio.
Una persona educada querrá tener un buen desempeño en su trayectoria profesional elegida porque comprende la necesidad que tiene cada persona de contribuir al conjunto. No pierden con esta filosofía, de hecho ganan siguiendo esta filosofía.
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Una persona educada comete errores y nunca es demasiado orgullosa para admitir que siempre estará lista para aprender cosas nuevas, incluso si llegasen a la edad de 90 años y una persona educada aún entendería que no hay límites para aprender.