¿Por qué hay tanta discriminación contra la pedofilia?

Porque las mentiras que se difunden al respecto se creen sin cuestionamiento. La verdadera pedofilia es una sexualidad hermosa, amorosa, pacífica y placentera. Pero cuando lo único que reciben es odio no merecido por el individuo que lo tiene, le da forma a su cerebro y lo vuelve feo. Cuando era pequeña, conocía a algunos hombres que eran pedófilos y estaban entre los más amables que he conocido. Nunca intentaron tocarme sexualmente aunque yo quería que lo hicieran. Y no, la amabilidad que tenían era genuina. A partir de ese momento supe que nunca, ni por un minuto, creería nada más acerca de ellos, aparte de lo que había visto.

Porque la pedofilia tiene que ver con la atracción sexual hacia los niños. Los niños son mucho menos poderosos que los adultos, se aprovechan fácilmente y no pueden dar su consentimiento legal para la actividad sexual.