Malo es un término subjetivo. Caer en la trampa del comportamiento moralizador es fácil. A los humanos les gusta pensar que tenemos el control de nuestra existencia, pero en realidad, tenemos poco o ningún control en absoluto.
Sin embargo, en un grado limitado, tenemos el control de nuestros juicios. Y ejercemos ese poder con gran prejuicio.
Se ha realizado un gran estudio sobre la psicología conductual de la moralidad, incluido uno de mis favoritos, El paisaje moral de Sam Harris.
A menudo, lo que originalmente llamábamos bueno o malo eran cosas que podían ayudarnos o perjudicarnos. Con el tiempo, muchas de las intenciones originales fueron olvidadas, pero los atributos morales sobrevivieron.
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¿Es malo matar?
¿Es malo matar por la comida?
¿Es malo matar para salvar una vida?
¿Es malo matar a un hombre inocente para salvar 20 vidas?
Este tipo de preguntas se limitan a los humanos. Un león no piensa en ser tentado a matar a los cachorros cuando invade el orgullo de otro león. Un asteroide no debate el valor de eliminar la existencia en un planeta. Y las bacterias no están tratando de ser buenas y proteger a la humanidad de la extinción.
A veces, la tentación de hacer cosas malas proviene de una inocente falta de comprensión de una regla. Otras veces nos sentimos atraídos por algo malo por curiosidad. La persona A dice que hacer esto está mal. ¿Pero es eso cierto? No lo creo
La mente es un órgano de curiosidad. Le gusta averiguar por qué las cosas son como son. “Porque lo digo”, no es una respuesta satisfactoria. La próxima vez, cuando te sientas tentado a ser malo, pregúntate: “¿De quién es este juicio moral? ¿El mío o el de alguien más? ”Si es tu criterio, estarás menos inclinado a actuar con un comportamiento que no creas correcto. Si es el juicio de otra persona que se espera que aceptes por fe, tu mente continuará reprimiendo ese problema hasta que encuentre una respuesta satisfactoria o se convierta en un juicio propio.
Las leyes o los juicios morales no evitan que ocurran crímenes, pero sí hacen que las personas se sientan más en control. Al final, las personas toman decisiones que luego justifican. Moralizar acciones y decisiones puede sofocar a una sociedad en su conjunto y frenar la madurez emocional de los individuos. Enfoque los juicios morales como buenos y malos con extrema precaución.