¿Hay alguna forma de no sentir ansiedad y terminar dentro después de cada mala interacción con las personas, incluso si no es tu culpa?

Sí, pero requiere mucho trabajo, mucha práctica y, sobre todo, paciencia contigo mismo. El primer paso es darse cuenta cuando suceda. Cuando comienzas a prestar atención a cuándo comienza el sentimiento y solo observas la ruta que toma, la ansiedad comenzará a perder su poder. La atención plena es la clave para recuperar la compostura. Prestar atención también acortará los episodios. Concédase permiso para que suceda y simplemente aprenda los entresijos de sus síntomas.

No pondría ninguna energía en preguntarme cómo te encuentras hasta que te manejas con la ansiedad. Parece que eres sensible y te activan cuando te pilla desprevenido. Concéntrese en desarrollar algunos límites interpersonales, puede parecer incómodo al principio, pero seguirlo. Es más fácil defender tus límites que sentir que tienes que defenderte a ti mismo. Cuando respetas tu propio espacio, otros también lo harán.

Usualmente, si me siento así, es porque me estoy culpando por algo que salió mal. Necesito analizar la interacción y ver cuánto fue de hecho mi culpa. Si estaba en el mal, espero poder corregirlo. Pero si no, es hora de dejarlo ir.

Primero, date cuenta de que es tu ego el que está herido. Eso no significa que seas egoísta; solo que tu perspectiva está sesgada porque estás enfocado en tu propio dolor. Algunas situaciones malas realmente no tienen nada que ver contigo, incluso si la ira de alguien se dirige hacia ti. Una persona puede estar teniendo un mal día y solo atacar a quienes le rodean. En esos casos, déjalo ir, no se trata de ti.

¿Creaste un problema? Mira si puedes arreglarlo o arreglarlo de alguna manera. Haga todo lo que pueda para hacerlo bien, pero si no puede, debe dejarlo ir.

Perdona a la otra persona. Perdonar solo significa dejar ir la ira. Ni siquiera necesitas decirles nada, simplemente deja de contaminar tu mente con la ira. Cuando regrese (y lo hará), dígale a su cerebro que lo detenga y dirija sus pensamientos a otra cosa.

No lo vuelvas una y otra vez a tu mente. Eso no hace más que prolongar y refrescar el dolor. Vea más arriba: dígase a sí mismo para dejar de fumar y cambiar a algo más productivo.

Recuerda la Oración de la Serenidad: concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo y la sabiduría para saber la diferencia.

Lo último es la prevención. Si está en un círculo vicioso con una persona en particular, es posible que deba separarse de ellos. Considera hablar con un terapeuta.