Si un niño te presta atención, está interesado. Si no le gustabas o te encontraba ofensivo de alguna manera, mantendría la distancia.
Ponlo a prueba, la próxima vez que lo atrapes, lanza una sonrisa en su dirección. La reacción inmediata que obtienes, el instante en que la sonrisa llega a su cerebro, te dirá todo lo que necesitas saber …