El autoanálisis y la perspectiva no son rasgos comunes entre los acosadores, supongo. Causar temor en otros puede ser intoxicante: crea una sensación de poder en el acosador que puede no tener en otras áreas de su vida. Los matones no piensan a largo plazo. Todo lo que saben es que sus acciones generan resultados: temor ante los ojos de sus víctimas y el ‘respeto’ de los espectadores.
Las consecuencias a largo plazo ni siquiera entran en la ecuación. La intimidación tiene que ver con la gratificación inmediata.