No es correcto suponer que los introvertidos no necesitan, o no les gusta, interactuar con las personas.
La introversión no es lo mismo que ser tímido, socialmente ansioso o antisocial.
Los introvertidos simplemente se recargan de manera diferente a los extrovertidos. Necesitan tiempo de silencio (lo que generalmente significa alejarse de las personas) para reenergizarse. Esto se debe a que pueden ser más sensibles a la dopamina, la droga de “recompensa” en el cerebro. Como resultado, necesitan menos estimulación que los extrovertidos para sentir el mismo efecto.
Sin embargo, algunos introvertidos también pueden ser antisociales o sufrir ansiedad social. Pero los extrovertidos TAMBIÉN pueden sufrir ansiedad social o timidez. Esto ocurre cuando las personas temen que otras personas puedan juzgarlas o rechazarlas de manera adversa, por lo que limitan su exposición a situaciones en las que habrá personas con las que no conozcan o se sientan cómodos. Esto NO es lo mismo que la introversión.
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Si bien no siempre me gustan los cajeros y el personal de ventas demasiado habladores, no necesariamente siento la necesidad de reemplazarlos con robots. Todavía evito activamente los pagos por autoservicio para poder ayudar a mantener a las personas en puestos de trabajo.