Las confesiones falsas no solicitadas pueden provenir de personas que son delirantes o que buscan atención. A veces, las confesiones falsas tienen la intención de proteger a otra persona.
Las confesiones falsas dadas durante el interrogatorio son a menudo el resultado de que la policía agota mental y físicamente a un sospechoso. A veces los interrogadores retienen comida, agua o la oportunidad de usar el baño. A veces le mienten a un sospechoso, alegando que tienen evidencia o un testigo que demuestra culpabilidad. A veces los interrogadores le dirán a un par de sospechosos que el otro ha confesado.
Las personas más vulnerables a las confesiones falsas durante este tipo de interrogatorios son los adolescentes y las personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, las personas maduras y las personas con altos niveles de inteligencia, en fin, cualquiera puede quebrar.
Una persona que da una confesión falsa puede hacerlo para detener el interrogatorio, confiando en que podrá establecer su inocencia más adelante. Algunas personas dan confesiones falsas porque realmente creen que participaron en un crimen, generalmente después de que los interrogadores afirman tener pruebas convincentes.
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