Cuando pones esfuerzos adicionales en una relación intensa, te lastimas y, después de un tiempo, comienzas a odiarte a ti mismo. ¿Por qué?

No te lastimas porque pones esfuerzos adicionales en una relación intensa. Te lastimaste porque esperabas algo a cambio, quizás pequeño, tal vez grande o tal vez esperado por otra persona para corresponder de la misma manera. Cuando sus expectativas no se cumplen, el sentimiento de decepción y dolor se multiplica debido a los esfuerzos adicionales. El culpable en este caso son las expectativas, no los esfuerzos.