Algunos consejos personales que pueden resultar útiles.
- La disociación . Cuando ocurra el problema, imagínese flotando y viéndose a sí mismo y sus alrededores a vista de pájaro. Una vez que logre ver qué tan pequeñas son las cosas, finalmente logrará retrasar todo tipo de respuestas negativas.
- Aclarar Cuando ocurra, preste mucha atención al lenguaje corporal de quien sea esa persona. Mantenga una estrecha observación, encuentre patrones, vigile cómo se contraen sus fosas nasales o cómo se abre y se cierra la boca. Luego, repita lo que acaba de decirles como si se asegurara de que lo está haciendo bien. A partir de ahí, puedes liderar la discusión.
- Practica la pereza . Ser perezoso. Imagina relajarte en tu cama en lugar de estar allí. O en un sofá muy cómodo. O delante de la tele. O en una isla tropical en algún lugar donde te relajas en la playa. Básicamente, cualquier lugar que te haga sentir reacio a moverte o hacer algo. Una vez que seas bueno en esto, comenzarás a pensar que dar respuestas simplemente no vale la pena.
- Distraer Inmediatamente, empieza a hablar de comida. Bistec o pizza preferible. Recuerda que Snickers anuncia cómo te volverás feo cuando tengas hambre.
Es un poco difícil y puede requerir algo de práctica, ¡pero buena suerte!