Centrarse en algo que es constante, en el que siempre se puede contar, ayuda mucho. Elige el tema que más te guste y detente en él. O concéntrate en las historias y discusiones que escuchas de las personas, u observa cómo cambian las expresiones de los maestros durante diferentes días, una serie de detalles que mantendrían tu mente ocupada y aliviarían un poco la presión.
Eso sí, no pude abrir el enlace adjunto, así que espero que este consejo que viene de mi propia experiencia encaja.