No somos amables porque:
- Tenemos miedo de ser amables.
- Nos enseñan a estar dentro de los límites y ser profesionales.
- Nuestro pensamiento: “Si no soy yo, alguien más será amable, así que déjalo pasar”.
- Ya somos demasiado escépticos para ser humanos.
- Se nos enseña a dar solo si obtenemos algo a cambio, y no se nos enseñó que el amor y la felicidad también son ganancias.
Podemos ser escépticos para analizar quién busca esa bondad genuinamente, pero no hay nada malo en ser amable, ¡se siente como una dicha! 🙂