Cada persona mira al mundo de una manera egocéntrica. Se imagina a sí mismo como el centro alrededor del cual se mueve el mundo entero. Pero la realidad exterior no es así. El mundo pasa por no preocuparse por su existencia o no existencia.
Cuando las personas son realmente el centro de atención, su fantasía secreta se hace realidad. Obviamente, les encanta la sensación y están listos para hacer cualquier cosa para poder vislumbrar eso.