En primer lugar, el odio es una emoción o un sentimiento, y como cualquier otro sentimiento es subjetivo. Eso significa que uno o odia o no. El objeto del odio es secundario y puede ser cualquier cosa o cualquiera. Las personalidades como Osho abrazan y aceptan el mundo entero, la vida entera y esa es la razón principal por la que pueden sonar contradictorias.
Preferiría tratar de explicar mi idea en un ejemplo. Millones de jugadores de fútbol (me refiero al fútbol en caso de que seas estadounidense 🙂) están locos por el FC Barcelona. Una cantidad comparable de personas aman a sus rivales mortales, el Real Madrid. Parte del juego para cualquiera de las partes es odiar, bueno, al menos tener sentimientos negativos sobre el otro equipo y sus partidarios. Muy pocas personas son capaces de amar a ambos equipos y disfrutar de sus fantásticas actuaciones. Y si alguien expresa su simpatía por un equipo, los partidarios del otro equipo lo odiará. Ahora puedes reemplazar el par de Real y Barcelona con cualquier otro par en conflicto relacionado con la política, las religiones, la ideología o cualquier otra cosa. Pueden ser Israel y Palestina, comunistas y capitalistas, oportunistas y altruistas, hindúes y musulmanes, hedonistas y ascetas, etc.
Por ejemplo, cada vez que Osho dice algo bueno acerca de Jesús, es automáticamente odiado por todos los que odian a Jesús. Cada vez que dice algo que contradice la ideología cristiana, está obligado a ser odiado por todos, al menos por muchos cristianos.
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