Descubrí que la única forma de combatir a los perezosos es activarse. Lamentablemente no hay atajo. Levántate y haz que tu sangre fluya. El ejercicio puede parecer que te cansará, pero en realidad lo contrario puede ser cierto. No hay nada como una caminata rápida (no es necesario que sea una media maratón, ni siquiera 10 a 15 minutos) por la mañana para despertar tu cuerpo y tu mente. Respirar el aire fresco, como han mencionado otros, también es un gran “recógeme”.
Por supuesto, si eso no funciona, siempre hay café. Mmmm … café …