Ja ja ja h … 😀
Había un hombre que era mi asesor. Era recto como un rayo de luz hacia adelante. Cada vez que me llamaba para reunirme, me decía “aaaaaaargh”, no otra vez.
Por qué lo odié fue porque me dijo la verdad, si apestaba escribiendo algo, me diría que mis escritos apestan, no está bien, no FINE.
Creo que la mayoría de la gente odia a las personas directas porque los directos no mienten.
Poco a poco me di cuenta de esto y comencé a hablar con él. Más a menudo, incluso si él me cortaba yo en el medio. Comencé a preguntar sobre sus logros, su experiencia. Mantuve una conversación amistosa (por un buen periodo de tiempo)
Eventualmente, desarrollamos una comprensión mutua entre nosotros y pude conocer muchas cosas sobre este mundo, como cómo hacer su trabajo asignado correctamente.
Lo más importante que aprenderás con personas directas será sobre ti mismo. El punto importante es aceptar personas directas.