Los fragmentos de alma viven en los enlaces químicos entre el oxígeno y el hidrógeno en el agua y se enredan de forma cuántica con los fragmentos de alma en los enlaces químicos del oxígeno y los átomos de hidrógeno en el agua de los cuerpos humanos, de modo que cuando el agua de la lluvia llega a la superficie del cuerpo humano , y penetra en la piel a través de los poros, el alma se adentra en la proximidad del cuerpo humano a los amigos enredados y los hace felices, por lo que desencadenan conversaciones entre ellos.
Esas conversaciones no son, por lo tanto, imaginarias, sino reales y, por lo general, aburridas.