Es normal que cada uno de nosotros aprecie la belleza y el buen aspecto de los demás, y también que aspire a verse bien. Pero cuando hace que uno se sienta envidioso o celoso en la medida en que afecta su bienestar general, entonces sí, esto se debe a algunas inseguridades personales.
Desafortunadamente, nosotros, como sociedad, tendemos a dar prioridad a la belleza física sobre la interior. Necesitamos recordar que la belleza física es solo un aspecto de la totalidad de una persona. Hay quienes son hermosos, no por la forma en que se ven, sino porque están seguros de quiénes son y su ser interior brilla. Las miradas se desvanecerán, pero la belleza interior es más duradera.