Considera ser asertivo. Esto le ayudará a tener la fuerza para abordar lo que puede percibirse como una situación de confrontación sin ser pasivo o agresivo. Si la pasividad es el enfoque, es probable que el gerente no piense mucho en la conversación, porque no lo traerá a la mesa con mucha convicción. La agresión nunca termina bien con algo por lo general. Si usted es asertivo con su gerente, le permitirá ser firme y directo en su expresión, lo que su gerente apreciará y se asegurará de hacerle saber que usted se valora a sí mismo y a su progresión, y ellos también deberían hacerlo. ¿Qué te impide tener esta discusión?
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