¿Las razas tienden a permanecer juntas?

En el sentido más amplio posible, no. La fortuna favorece al viajero, al comerciante, al arbitrajero que deja una cultura y explora y se beneficia de los demás. La genética favorece la exogamia, emparejarse fuera del grupo en el que naciste y traer nuevas adaptaciones genéticas a otro grupo o volver a la tuya. Y el conocimiento tiene el mayor valor cuando viaja a otras sociedades. Ciertamente hay un proceso de “agrupamiento” en el que las personas que se parecen tienen cierta tendencia a asociarse entre sí, pero el proceso opuesto ha sido crucial a lo largo de la historia humana. Miedo a lo ajeno, miedo a quienes se ven diferentes, estos son comportamientos antiguos y regresivos que no son recompensados ​​en un mundo al que puedes llamar en un segundo y volar en un solo día.