¿Es el egoísmo diferente de sesgar por nuestros intereses personales? ¿Podemos comportarnos contra nuestros propios intereses?

El ego es nuestro falso yo. Es esa voz interior asustada que te dice que no eres “lo suficientemente bueno” como eres. Constantemente te compara con el mundo que te rodea y resume que necesitas algo fuera de ti para estar completo. Puede ser casi cualquier cosa dependiendo de la persona. Podría ser la riqueza o la fama o el amor de una persona en particular o incluso ganar un argumento. ¡Oh sí, el ego SIEMPRE tiene que ser correcto! De hecho, cuando se trata de eso, el ego es responsable de cada guerra que se haya librado.

Pero preguntas “¿podemos comportarnos en contra de nuestros propios intereses?” que es una pregunta interesante con respecto al ego porque la batalla entre tu “verdadero yo” y tu “falso yo” determina exactamente lo que realmente son tus intereses.

Nuestros egos están en un estado constante de “querer”. Nunca está satisfecho. Cada vez que obtiene lo que quiere, entonces quiere algo más. Nuestro verdadero yo sabe que, aparte de satisfacer necesidades básicas (comida, agua, refugio, etc.), todo está bien. La felicidad es un estado mental.

Esto no quiere decir que el ego no tiene una función. El ego nos permite experimentar la vida. La teoría de la relatividad de Einstein afirma que todo existe en relación con su opuesto exacto. El mundo de la relatividad está lleno de ejemplos como “frío y calor”. Si el frío deja de existir, entonces el calor tampoco puede existir porque, ¿qué es el frío si no hay calor para compararlo? Lo mismo ocurre con otras dicotomías como “izquierda y derecha”, “arriba y abajo”, “aquí y allá”, etc. Ninguna de estas percepciones que usamos en la vida cotidiana puede existir sin que su contrario también exista. Lo mismo ocurre con el amor (tu verdadero yo) y el miedo (tu ego / falso yo).

Tu verdadero ser está aceptando. Da libertad nunca sintiendo falta. Se está confiando.

Tu falso yo está insatisfecho. Se atasca por miedo a “no lo suficiente”. No confía en nadie.

Pero esto es lo que nos permite el drama de las experiencias de la vida. Nuestros fracasos nos permiten experimentar nuestros éxitos. Si no hay villanos, entonces no hay héroes. Si no hay batallas no hay vencedores. Si nadie está en peligro, no hay salvadores.

Entonces, para responder a la segunda parte de tu pregunta, diría que no, no puedes comportarte contra tus propios intereses, lo que en realidad es solo la supervivencia humana básica. Fuera de eso todo es especulativo.