Bueno, esa es una pregunta reveladora para mí también. Gracias por el pensamiento 🙂
En tal escenario, tengo ganas de volver a hacer tantas preguntas (para mí y para cualquiera que esté leyendo esto). ¿Cuáles son las cosas que hacemos todos los días que vale la pena considerar como un mero desperdicio? O bien, ¿sabemos realmente el propósito de la vida y qué se supone que debemos hacer al respecto? Si tenemos una respuesta a estas preguntas, bien puede ser, podemos aclarar qué es una pérdida de tiempo y qué no.
Si pensamos que la vida es una realización después de recorrer diferentes caminos, esa es una posibilidad. En el momento en que miramos hacia atrás y pensamos en cuánto tiempo “malgastamos” en muchas cosas, podríamos pensar en el momento de realización como un punto que vale la pena alcanzar a través del esfuerzo de “desperdiciar”. Pero, entonces, tu pregunta da paso a otro pensamiento interesante, incluso después de pasar por ese momento, ¡seguimos haciendo lo mismo! Bueno, eso puede que ya no valga la pena. Entonces, creo que la falta de propósito sigue desempeñando el papel. Siempre y cuando no venga a usted algo que lo mate o le quite todo su ‘confort’, continuamos haciéndolo. ¡Eso es malo! Muy mal por cierto!
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