Las personas optimistas ven la vida en una luz positiva. Creen que las cosas buenas pasarán y esperan que sucedan. Están esperanzados y entusiasmados con el futuro porque para ellos es una gran promesa.
Las personas pesimistas, por otro lado, tienen una percepción negativa de la vida. Todo les saldrá mal en un momento u otro. No odian el futuro, pero al mismo tiempo, no esperan lo mejor de él, creen en ser cautelosos porque la vida para ellos no tiene nuestros mejores intereses en el corazón.