Si la persona SIEMPRE se preocupó por lo que piensan los demás, será
como un títere en una cuerda,
como un muñeco ventrílocuo,
como un felpudo de bienvenida.
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Si la persona SIEMPRE se preocupó por lo que otros piensan, la vida de la persona se verá limitada por muchas condiciones que otras personas han establecido para su satisfacción y entretenimiento.
Si la persona considera la situación, los sentimientos y las consecuencias que las personas involucradas pueden tener, la persona será lo suficientemente sabia y amable como para ajustar sus palabras y acciones. La persona que no permite que otros dicten sus acciones es diferente de las decisiones apáticas.