Intente ofrecerse como voluntario en su hospital local, donde hombres, mujeres y niños se encuentran en diferentes etapas de sus vidas, luchando por vivir, porque no tienen buena salud. Es a la vez humilde e inspirador. Es humillante porque este problema parecerá muy tonto en comparación con lo que otros tratan. Es inspirador porque todo lo que un adolescente con cáncer quiere hacer es salir con amigos, mirar un juego, comer pizza y vivir .
Nunca se debe dar por descontada una buena salud, y cuando se dé cuenta de cuán afortunado es tenerla, su corazón se llenará de gratitud y, con suerte, la necesidad de validación no será tan grande.