No soy una niña, pero he invitado a muchas personas a las que no me interesaba particularmente para una función.
He encontrado, antes de que te disguste alguien, conocerlos.
En varios casos he encontrado que, después de conocer a alguien, lo entendí mejor y descubrí que eran interesantes y que a veces tenían algunos intereses y pensamientos en común.
Además, una persona madura e inteligente nunca deja que alguien sepa que no les gusta. Si saben que no te gustan, se convierten en enemigos. Los enemigos te harán daño, mucho más de lo que los amigos te ayudarán.
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En el caso de las niñas, es posible que inviten a alguien que no les gusta para que puedan mostrar sus posesiones, amigos y hacer que la persona se sienta inferior.
Cuando hacen algo así, la persona a la que hacen daño son ellos mismos.