Lo importante a tener en cuenta es que, a diferencia de los otros animales, tenemos una opción. Sabemos lo que debemos hacer. Podemos elegir si lo hacemos. Somos el único animal que lamenta nuestras elecciones cuando no hacemos lo que sabemos que debemos hacer.
Culpar a nuestro comportamiento de los impulsos es una simple abdicación de la responsabilidad moral.
Somos una raza caída y, como tal, no somos perfectos y estamos sujetos a muchas tentaciones de comportarnos de una manera menos que óptima. El impulso de despojar de algo agradable está entre los peores de estos.
Si solo hubiera alguien que pudiera ayudarnos con esto …
“Todos anhelamos el Edén, y lo estamos vislumbrando constantemente: nuestra naturaleza en su mejor forma y la que está menos corrompida, su más gentil y humana, aún está empapada del sentido del exilio”.
– JRR Tolkien, Las Letras de JRR Tolkien