He vivido en un hogar grupal cuando era joven y tenía 19 años. Lo odiaba porque
- La gente iba y venía en todo momento del día y de la noche, haciendo ruido y molestando mi sueño, mi lectura o lo que sea.
- Otras veces tenían a su novio / novia encima y hacían mucho ruido en el proceso.
- La gente comería la comida que compré y nunca la reemplazaría ni me reembolsaría.
- Conseguir el pago pagado como grupo es un reto
- Los compañeros van y vienen. No hay estabilidad para construir una relación decente. A veces, el “nuevo” compañero de cuarto era un imbécil que empeoraba las cosas.
- En general, nunca hay “tiempo a solas”.