En primer lugar, creo que es importante reconocer que los golpeadores de la Biblia tienen el derecho de creer lo que quieran, el mismo derecho que tenemos el resto de nosotros. Sus creencias (en y por sí mismas, aparte de cualquier acción basada en ellas) no te hacen daño, como tampoco lo hacen tus creencias.
Ahora, cuando las creencias se convierten en acciones que causan daño, es cuando la disuasión puede comenzar legítimamente. Hay diferentes formas que puede tomar esta disuasión, dado que hay diferentes tipos de daño. A continuación, he enumerado tres de las formas más comunes de daño y algunas formas posibles de respuesta compasiva y racional.
- Legislación perjudicial: utilice su voto y su voz como constituyentes para responsabilizar a los políticos. Hágales saber que no se siente cómodo con una legislación basada en sus creencias religiosas personales. Apoye a los políticos que buscan en otros lugares (por ejemplo, opiniones académicas, estudios científicos, etc.) para su legislación y razonamiento político.
- Ejercicios perjudiciales de la libertad de expresión: por ejemplo, carteles publicitarios homofóbicos, rantines anti-musulmanes, afiches gráficos contra el aborto, etc. Creo que la mejor respuesta a un abuso de la libertad de expresión es el ejercicio de más libertad de expresión. Use sus palabras para plantear una refutación con calma, respeto y racionalidad.
- Abusar, descuidar o encasillar a mujeres y niños: recomiendo leer Homeschoolers Anonymous: es un blog dirigido por y para personas que han dejado el fundamentalismo. Contiene muchos consejos sobre cómo ser un buen vecino de las mujeres y los niños que a menudo son víctimas del fundamentalismo. El punto más crucial, creo, es ser un recurso siempre presente y siempre respetuoso, de modo que cuando (por ejemplo) la hija adolescente de sus vecinos fundamentalistas esté pensando en postularse para la universidad, sepa que usted sería una buena idea. Fuente de consejo discreto.
En resumen, creo que la “arma” más poderosa que tenemos quienes no somos golpeadores de la Biblia es mostrar que no somos la sociedad malvada, desdeñosa y monolítica de la que se les ha advertido. Necesitamos mostrar que el mundo es un lugar complejo, lleno de matices y compasión donde se pueden llevar a cabo discusiones reflexivas y matizadas.
Por ejemplo, en mis años de adolescencia yo era un gran golpeador bíblico. Me habían enseñado que las chicas que usan joyas son todas atrevidas y poco profundas, y que los hombres gay son extravagantes y groseros. Fue un shock para mí cuando conocí a una chica con orejas perforadas que era inteligente y ambiciosa, y un hombre gay que era un académico tranquilo y reservado. Todo lo que necesitó fueron esas dos reuniones casuales, e inmediatamente comencé a cuestionar la base de las creencias que tanto estimaba. Si mi sistema de creencias me dio esas amplias generalizaciones que resultaron ser falsas, ¿qué otra cosa tenía más matices de lo que creía originalmente?
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Para algunos golpeadores de la Biblia, ese tipo de encuentros sociales será todo lo que necesitan. Para otros, la exposición a una educación de alta calidad será lo que les hará reexaminar sus creencias. Pero en todos los casos, nuevamente, es ese énfasis en los matices y la compasión lo que hará toda la diferencia.