¿Por qué preguntamos ‘¿Cuántos años tienes?’, No ‘¿Qué tan joven eres?’

Respuesta simple, porque estamos envejeciendo a cada segundo.

Solo podemos medir la edad que tenemos, no lo jóvenes que somos, lo que realmente es relativo.

Respuesta filosófica: ¡somos una especie morosa, cínica y negativa! Realmente deberíamos preguntarnos, “¿Cuántos años tiene tu alma?” ¡Para entender qué tan joven puede ser el corazón de alguien!