Fue en agosto de 2016 y fue la primera semana de clases.
Estaba almorzando con mis amigos cercanos (3 personas). Llamémoslos Roxanne, Amanda y Jason.
Y luego Roxanne trae a una niña que es nueva en la escuela (llamémosla Kelly). Así que pasamos el primer almuerzo juntos y a todos les gustó Kelly porque ella era agradable y una gran persona, incluso a mí me gustaba.
Así que Kelly comenzó a salir con nosotros durante el almuerzo por un par de semanas más y luego se fue repentinamente, como en septiembre.
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Regresó a nosotros en enero de 2017. Como no había sabido nada de ella, pensé que se había ido y se había olvidado de todos nosotros, pero ese no era el caso.
Resultó que todos estaban enviando mensajes de texto, reuniéndose y excluyéndome (excepto Jason, él es realmente leal). No tuve ningún problema con esto porque, bueno, ¡la gente puede ser amiga de quien quiera!
Sin embargo, fue en ese momento que pensé que sería reemplazado. Luego comenzaron a usar un chat grupal para planificar reuniones, excluirme a propósito y hablar mal de mí.
En persona, por lo general, no reconocían realmente mi presencia cuando estaba con ellos y me hacían sentir que estaba fuera.
Decidí dejar de salir con ellos durante todo el mes de mayo de 2017. Tomé esa decisión porque me sentí muy mal al estar solo con un grupo de personas. Me sentí traicionado por Roxanne y Amanda porque nos conocíamos desde hacía años.
Lo que me hizo sentir peor fue que me dejaron por alguien que solo conocían durante un par de meses. Realmente me hizo pensar que era un amigo horrible.
Aprendí a no preocuparme por lo que la gente piensa de mí o lo que hacen a mis espaldas, y si una persona que conozco no es leal y honesta para mí, no debería llamársele un “amigo” .